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viernes, 22 de febrero de 2008

La noticia, su evolución y los maestros/as

En esas historias para no dormir en que se han convertido los media, donde un telediario puede hacer que ase atragante la lechuga, y un periódico que no peques un ojo, de cuando en cuando aparecen historias que mas bien parecen historietas.

Hace un par de días, se dio a bombo y platillo la noticia; “Detenido un conductor de autobús escolar que sobrepasó seis veces la tasa de alcoholemia. Los padres asustados y enfadados”. Si se presta atención a la noticia; terrible, una imprudencia y temeridad que no tiene excusa.

Pero, conforme pasa el tiempo, la noticia va variando; al conductor lo detuvieron en situación de peatón, porque una madre lo vio “comprando cervezas en un súper”, y declara que ya “no pertenecía a la empresa;

La acusación mantiene que el hombre fue detenido circulando pero este afirma que estaba en la calle; “El fiscal pide seis meses de prisión para el chófer de autobús que sextuplicó la tasa de alcoho. La acusación mantiene que el hombre fue detenido circulando pero este afirma que estaba en la calle.”

Todo esto, causa desazón. Lo primero que te la origina es comprobar que parece que nadie contrasta las noticias antes de publicarlas, basta con que alguien diga que a Manolete lo asesinó un kosovar, para que lo de Linares se olvide. Lo malo es que te lo pueden hacer a ti, decir;“Tú asesinaste a Manolete”, y a partir de ahí, lo asesinaste y punto.

La policía local, en este caso, parece que se fue de ligera; hacerle un control a alguien que está en la acera me parece pintoresco, aunque entra de lleno en la política represora que se está instalando en nuestra sociedad; aquí se puede matar a una familia de varios miembros y al asesino convicto y confeso lo despachan con seis o siete años de cárcel, que por supuesto no cumple; con hacer unos cursillos de canaricultura lo ponen en la calle y le dan una pensión. Pero si te tomas dos tintos vas al talego hasta el fin de tus días (gracias, ministra Salgado).

Y la cosa va a seguir, porque no está nada clara, pero lo que más me llamó la atención, fueron las declaraciones del conductor; este, Alexei Vinogradov, ucraniano de cincuenta y pocos años, es (o era) coronel de la armada ucraniana y alega que había sido despedido por sus problemas con los “niños” transportados.

Si te lo lees despacio, espanta. Todo un coronel, del ejercito de un país que tiene castaña, en la edad más combativa, en plenitud de facultades, y físicamente presentable (apto), se declara impotente (y desasistido por sus superiores) para controlar a sus transportados. Es decir, nuestros colegios son más peligrosos que algunos países de la extinta Unión Soviética (queda fino decirlo así). Sugiero que como primera medida, en las escuelas de Magisterio se les enseñe a futuros maestros/as el empleo del kalashnikov y las minas antipersonal. Que se les dote de chalecos antibalas y que se les inculque la idea de hacer el testamento antes de ejercer (por si acaso). Sería también buena idea, el traspasar algunas competencias desde el Ministerio de (presunta) Educación y Ciencias, bien al de Defensa, o como mínimo al de Interior.

Suena fatal; ¿como vamos a pedirles a criaturas, que a lo que aspiraban cuando estudiaron su carrera, pasaron sus oposiciones y triscaron por esos destinos a los que los/las manda el Magisterio, era a difundir cultura, que tengan más redaños que un coronel del ejército ucraniano?

Cuando yo fui (o me llevaron) a aquella mili, ahora desconocida y denostada, se empleaba aquello del; “valor, se le supone”, ahora, de los maestros/as habría que decir; “valor reconocido y suicida”. Añadiéndole a ese valor, el componente de “incomprensión e indefensión”, porque ni el sistema, ni los inspectores, ni los padres, están dispuestos a comprender cual es la batalla de esos guerreros/as de la enseñanza. Los papás (muchos papás) generalmente están dispuestos a fusilar maestros al alba por “maltratar” a su nene del alma, y los superiores (inspectores, delegados, consejeros, ministros) a mirar a las estrellas, porque no es cosa de perder el carguillo por defender y respaldar a un/a suicida.

Por eso, como estoy casado con una maestra, a mi no me llaman la atención las películas de Rambo, ese era un lila y un tío afortunado, se podía defender.

Pepeprado

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