Hay que reconocer que aquí, en mi ciudad, el que se aburre es porque quiere. Ayer viernes, por la tarde/noche, fui a la presentación de la publicación Ruta Cofrade, en la que colaboro con un artículo y una pintura (si queréis miráis en los enlaces, próximamente la colgaran en la web) y al volver a casa me encontré en pleno Carnaval. Esta transición súbita e inesquivable, es sugerente, pues es la mixtificación temporal y espacial de las carnestolendas con la pasión, la mezcla de lo pagano con lo religioso y si nos paramos a pensarlo con una cierta distancia emocional es de las mejores cosas que nos podemos encontrar, puesto que ahora, que tanto se habla de las libertades, de la pluralidad y de la comprensión, el solo hecho de que estas dos manifestaciones tan diferentes coexistan en paz, es una buena muestra de –al menos- buenas intenciones.
La idea de que dos colectivos tan aparentemente distintos puedan manifestarse a la vez, demuestra que con un mínimo de buena voluntad se le puede admitir a quién no piensa lo mismo que uno, su derecho a opinar; cosa que en otros campos es bastante difícil de conseguir ya que es no mensurable la legión de; “….istas de toda la vida”; de “fidelidades eternas”; de los de “solo los míos tienen razón”, y demás chorradas mentales que solo contribuyen a hacerlos mas cortos de vista y de espíritu. A mí, no me gusta el Carnaval -ni siquiera un poquito- pero comprendo y respeto que hay a quienes les gusta y que tienen derecho a vivirlo. Con eso hago el ejercicio de tolerancia que pido para los demás y para mí mismo.
Mirando otras cosas; nos quieren obsequiar con un debate electoral entre Dª Magdalena Álvarez y Dª Celia Villalobos. Me imagino que lo hacen para compensar por la pérdida cultural del Tomate: Yo, por mi parte, -igualmente para equipararlo a lo del Tomate- procuraré no verlo. Estoy mentalmente delicado y es una prueba para la que no estoy preparado.
También cuentan que ya hay un catedrático que va estudiar los problemas oloroso-sanitarios de
Y solo una cosa del exterior, curiosona: Gassol ha sido traspasado (comprado) por los Lakers. Estupendo -usando esto sólo como ejemplo- me pregunto; pero… todas aquellas guerras para suprimir el tráfico de esclavos ¿en que han quedado? La todopoderosa NBA, compra, vende, cambia y elimina personas a su gusto; solo parece haber cambiado el precio del esclavo, ahora son más caros. Y decimos que hemos progresado. ¡Posh vale!
Nos vemos el lunes.
Pepeprado
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