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jueves, 20 de marzo de 2008

Lloroso Jueves Santo


Lo de ayer; Sanpepe, DíadelpadreydelCorteInglés, Miércoles Santo, y bisiesto era demasiado p’al cuerpo y claro, se xodió.

Algo debemos de haber hecho mal, cuando los cielos se han abierto y se han puesto a llorar desde ayer impidiéndonos el disfrute de un Miércoles Santo y posiblemente (si Dios no lo remedia) también de todo este Jueves. Cuando escribo, resuenan unos truenos espectaculares que hacen que el refrán aquél de los jueves que relucían más que el sol, quede en un penoso ridículo y en un deseo estafado. Al menos, para tener un consuelo mínimo, no ha sido una lluvia encubierta y traicionera que haya pillado a las cofradías en la calle; ha sido una lluvia a cara descubierta que ha atacado de frente y por derecho, sin ocultarse. Nubes negras, cielo plomizo, gotas serias, y aparataje eléctrico evidente, han convertido este intervalo de media semana en unos días de verdadero invierno, de ese invierno que casi no habíamos visto. El megatribunón muestra su inmensa desnudez como un canto a la soberbia humana desprovisto de utilidad y mojado e inerme ante las inclemencias del tiempo. Nos recuerda que los faraones también perecieron y que sus obras quedaron para los turistas. Esperemos que la tarde mejore y podamos ver las de hoy. Mantengo la esperanza de ver a mi Esperanza; se dice que es lo último que se pierde.

Las fotos son de aproximadamente las diez de esta mañana.

Por hacer algo le he echado un vistazo -muy por encima para que no me haga daño- a un par de periódicos. Siguen las noticias habituales de desastres, crímenes, juicios y demás cosas que hacen tan encantadora nuestra estancia en esta civilización. Por cierto que en la radio han dicho que hay un consenso entre los partidos políticos para nombrar a los jueces del Tribunal Supremo. Le han llamado –ellos mismos, los partidos- “un pacto entre caballeros”. De risa. Para empezar lo de considerarse a sí mismos caballeros a la vez que políticos, es arriesgado; después, que convencerme de que el nombramiento –que va a ser por afinidades políticas y no por méritos- es justo, va a ser dificilillo. Esto entra en esa moda de las cuotas que sirve de pasaporte a algunos inútiles para entrar y acceder a cargos por el simple hecho de ser macho o hembra o pertenecer a los Fulanitos o a los Zutanitos. Lo dicho, penoso.

Mientras pasa esto, hay una noticia de esas escondidas; “La compra de un piso se lleva ya hasta el 86% del salario de los jóvenes”. Muy bien, criaturas dirigentes, este es el paraíso que les dejamos a nuestros jóvenes, claro que se les da otro cheque bebé o cheque alquiler y sin problemas. A esto se le llamaba en mis tiempos “parchear”, y no estaba demasiado bienvisto. Ahora se le llama “promesas de gobierno”.

Algo menos cercano pero igual de divertido. Se busca alcalde para Hollywood. Por lo visto vale cualquier cosa, podíamos mandar candidatos desde aquí y así despejábamos el campo de lumbreras. Se han presentado varios aspirantes y hay una candidata que parece talmente sacada de alguna de nuestras cadenas televisivas; “Otra de las contendientes es Angelyne, una modelo de vallas publicitarias a la que no se le conoce profesión alguna pero que alcanzó gran popularidad durante la década de 1980, tras empapelar la zona con imágenes propias. A menudo vista por las calles en su Corvette rosa, Angelyne fue una de las candidatas que se postularon para gobernadora de California en 2003, año en el que fue elegido el republicano Arnold Schwarzenegger”. LO dicho, esta parece que ha nacido por aquí; famosilla, sin profesión conocida, popular, paseanta en corte, etc. Es decir el arquetipo que vemos todos lo días en la tele. Ponedle nombre. También es para pensarse lo de las elecciones para Gobernador del 2003. Lo que tenían para elegir en California era tela marinera.

Termino, a ver que pasa esta tarde.

Pepeprado

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