Volvemos

A la normalidad, y la normalidad te deja frío, es decir te hace pensar en aquello que decía el chiste “virgensita déjame como estoy” Porque esperas y aspiras, o mas bien tienes la esperanza, de que el fin de semana sirva para calmar los ánimos y ayude a pensar en soluciones, pero nasty de plasty. Llega el lunes y te encuentras con más de los mismo. En el asunto del polidelincuente, ese que hacia de todo, desde violar a pedir indemnizaciones, ya se está definiendo el asunto; le van a echar la culpa a la funcionaria que se torció el tobillo y que estuvo de baja (parece que) 54 días, pero que a su juez le parecieron seis meses. Con esto calmamos las conciencias y seguimos a los festivales y los congresos. Para que la cosa sea más sangrante, la señora Consejera de Justicia de la JA acaba de tener una intervención en la radio (Onda Cero) que no ha tenido desperdicio, insistiendo en lo de la calentura y la baja laboral. Con este tipo de Consejeros/as tenemos lo que nos merecemos.

Como ejemplo, dentro del Plan Nacional de Diversión, empleando el término diversión en su acepción de “distraer la atención”, los periódicos vienen cargaditos de noticias sobre el tráfico. Empiezan esas noticias de esta forma; “Las carreteras sufren seis horas de atasco en los días laborables”, cosa esta, que parece que se ha convertido en normal y que los gobiernos nacional y autonómicos no consideran importantes. Siguen con esta otra; “Aprender a moverse mejor por la ciudad gracias a la bicicleta”, con lo cual ya se están cargando las culpas en las víctimas en vez de entre los culpables del desaguisado. Pero es en el diario afín donde se riza el rizo del servilismo y de la autocomplacencia; “Sigue la inercia descendente de los muertos en la carretera de Semana Santa”. Sigo pensando que mueren menos porque están parados en los atascos, con lo que parece que la solución sería hacer un macro atasco que impida moverse y así se cuadrarían las cuentas al pelo.

Mientras, la guerra del agua se va enconando. El buenísmo de los cuatro años en los que se dijo amen a todo lo que pedian los socios de las autonomías “exquisitas”, ahora pasa factura, cuando son estos denegadores de auxilio los que claman diciendo que los que necesitan auxilios ahora son ellos. A ver que es lo que hacemos, porque la noticia de que Almería le esta vendiendo agua a Barcelona es de locos, así como la de que se está perdiendo el agua del Ebro en el mar mientras en Aragón están de sequía. Me gustaría que alguien me lo explicara, pero naturalmente alguien de quien yo me fie, no un ministro o un político de postín. Me da el tufillo de que nadie quiere hacer un pantano para que no le digan que es el sucesor de alguien. A ver si va a ser eso.

Mientras, localmente, una noticia de las de relumbrón; “Casi 1.200 malagueños se interesan cada mes en encontrar trabajo en algún país de Europa”. Eso en una provincia de las de mayor número de extranjeros trabajando. Parece que no es una cuestión de falta, es un problema de reparto. Pero estas cosas no gusta comentarlas, se salen de las cuentas triunfales. Para ver la importancia de la economía en toda nuestra vida, he recortado una frase imperecedera, expresada por una de esas catedráticas de la vida diaria, una de esas que acumulan todo el saber mundial. De las que conocen los problemas y saben seguro las soluciones y esta en particular, se distingue sobretodo por su ecuanimidad: Doña Carmen Alcayde, presentadora: «La crisis económica provoca que pierda interés el cotilleo». ¡Toma yá!. Estoy tentado de creerla para así poder verle alguna ventaja a la crisis económica. Menos mal que tenemos lumbreras como esta. Estamos salvados.

La foto, de ayer domingo, la plaza “casi” despejada. A ver lo que dura.

Hasta mañana. Pepeprado