El apagón

El centro se apagó ayer por la mañana; “Un apagón afecta a unos 120.000 vecinos de las zonas Este y Centro”. Una pena no saberlo de antemano porque podríamos haberlo aprovechado para sacar una procesión, montar una manifestación o una concentración de por ejemplo el colectivo de gays y lesbianas para no perder ese momento de tranquilidad. Yo, aproveché la interrupción para continuar una lucha con la Jefatura de Tráfico de Córdoba que afecta a nuestra familia y que –por supuesto- vamos perdiendo, ya que Tráfico alega algo difícilmente refutable, la mística bilocación, la posibilidad de estar en dos ciudades diferentes a la vez. Por descontado que en una sola mañana no conseguí nada -en esta tampoco voy avanzando-, ya veremos. Sobretodo me preocupa cuando los periódicos nos regalan esta noticia; “Los juzgados de Málaga tardan hasta cuatro años en ver los pleitos más habituales”. Con esto, si mi asuntillo termina con líos en dos capitales la cosa puede durar –posiblemente- más que yo.

Seguro que el fulanito al que pillaron ayer hasta los hociquitos de drogas y que atropelló a un ciudadano en la Alameda, no le pasa nada, porque “dio negativo en la prueba de alcoholemia”. Con esto, si es hábil y alega que no fuma, lo dejan tranquilo para que siga atropellando. Aquí, lo peligroso es ser fumador y tomarte un tinto, lo demás vale.

En el exterior, es decir fuera de este territorio que antes era simplemente España, siguen pasando cosas. Por ejemplo el Tirofijo de las narices tenía la intención de atentar en Madrid. Manda leches, que con los líos que tenía en su pueblo también pensara en exportar su mala leche aquí. Esta visto que somos los más lilas y tragamos con todo. Como otras cosas son por el estilo (y en la radio está hablando en este momento el señor Solbes, que hasta cuando da las buenas tardes parece que está dando un pésame) es mejor olvidar la prensa y prestarle solo una leve atención a una noticia enternecedora; “Carla Bruni acompaña a Sarkozy en una visita al mercado de abastos”. Seguro que si se corrió (perdón por el verbo) la voz, subieron las ventas. Lo malo es que aquí no hay ningún líder que emocione al personal diciendo que va a llevar a su parienta al mercado, estamos faltos de “buen ver” en la vida política. Así, pocos de mis amigos irán al mercado. De vida ciudadana, solo una sugerencia; si podéis echadle una mirada a la exposición de Alvarado en Galería Cartel, en la Cortina del Muelle. La pintura de Rafael Alvarado siempre merece la pena, esta vez también.

Personalmente sigo pensando en lo del indio de ayer por varias razones. La primera porque ha desvirtuado esa rancia sentencia de “hacer el indio”; este se lo hacía fino, quince años sin currar tiene su mérito. Lo segundo, es que al que insertó la noticia le habrían suspendido varias asignaturas de Comunicación, ya que aunque el recorte especificaba algunas de las premisas básicas de la comunicación, por ejemplo, el “quién” (el indio), el “cuando” (ahora), etc… no decía ni daba pistas de algo importantísimo, el “donde”. No se si el indio en cuestión está en España; si es ciudadano de este país; si la ausencia currelar se produjo en empresa patria; si la compañía castigada es nacional, multinacional o familiar, y sobretodo si el Supremo es el de por acá o es Supremo foráneo. Todas estas cosas me tiene en un sin vivir. Estoy como santa Teresa (precisamente esta practicaba la bilocación);

Vivo sin vivir en mí,

y tan alta vida espero,

que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,

después que muero de amor;

porque vivo en el Señor,

que me quiso para sí:

cuando el corazón le di

puso en él este letrero,

que muero porque no muero.

Efectivamente este letrero me tiene preocupado.

Hasta mañana. Pepeprado