El final de Mayo ha sido entretenido. Para seguir la costumbre que ya se ha hecho habitual, por la plaza han pasado procesiones el sábado y el domingo, es decir, lo normal. Sigo pensando que con esto nos pasamos tres pueblos.
Antes de seguir, me gustaría reflexionar sobre los titulares “interesados” de los periódicos. Aquí van un par de ellos, y aclaro que la reflexión no es sobre esta noticia en particular, sino sobre el tratamiento eso, interesado, que le dan los media; “Zapatero: "La subida de la luz estará más cerca de la del IPC", y “Zapatero asegura que la subida de la luz se aproximará «razonablemente» a la inflación”. Otros dicen simplemente que la subida estará cercana a la inflación, que subirá lo previsto, y etc., etc. Y esto no es verdad. El presidente del Gobierno no dijo eso; yo lo oí y tras presionarlo sobre lo del 11% lo que dijo es “que no, que estaría más cerca del IPC”. Esto significa que cumpliría su palabra simplemente con una subida del 10,5%. Los titulares inducen a pensar en que “siempre” estaría muy cerca y condicionada por el IPC. Estas cosas son las que hacen que mi fe en los periódicos y en sus análisis esté a la altura de una babucha. El presidente dijo una cosa y lo que yo espero es que los periódicos me la transcriban, pensar sobre lo que ha dicho ya lo pensaré yo por mí mismo.
Esto entra de lleno en la vulneración de la presunta imparcialidad de los periodicos. Conste que yo no espero que de verdad sean imparciales, no se le puede pedir (por ejemplo) ni al País ni a El Mundo que lo sean, eso sería pedirle peras al olmo, pero sí se les debe pedir que lo avisen, que no vayan de guardianes de la verdad porque eso es lo que es seguro que no son. Cada cual arrima el ascua a su sardina y tienden al síndrome de la abuela encantada y encantadora “Todos llevan el paso cambiado menos mi nieto”, y eso vale, pero después que no me cuenten que me están trasladando la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, Eso, simplemente no me lo creo. Hay veces que por ejemplo, cuando leo el SUR, me acuerdo de los hermanos Grimm y cuando veo algunas cadenas de TV me parece que estoy en un país diferente y que he sintonizado las emisoras de otro. Lo dejo, porque estoy desoladamente convencido que esto no tiene arreglo, que el periodismo pesebrero seguirá campando a sus anchas y vociferando consignas inducidas. Allá ellos, yo por mi parte tengo la surte o la desgracia de tener un cerebro que todavía me funciona y aunque me cueste seguiré pensando por mí mismo.
Localmente, aparte del futbolístico palo que el Málaga le ha dado a su afición, demostrándole que parece querer quedarse en segunda por mucho trabajo que le cueste, hay cosas interesantes. Está por ejemplo
Hasta mañana. Pepeprado
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