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jueves, 25 de septiembre de 2008

Especie protegida

Ayer y siguen hoy, los media nos están dando la vara (y la foto) con doña Sofía abrazando burros y demostrando su preocupación por la especie. Debemos tranquilizar a la señora. Por muy mala que esté la cosa, siempre habrá los suficientes para opositar a ser ministro, nunca nos van a faltar.

Juro por Snoopy que es casualidad que ahora me centre en un par de noticias actuales con dirigentes inmersos en ellas; la preocupación ante las palabras de don José Luís ante los empresarios yankys y la hollywoodense frase de nuestra ministra de Fomento. Reconozco que el nombre del ministerio le cae a la dama al pelo, fomenta todo lo fomentable, incluidas la ganas de ir al cine a ver una del Oeste y recordar aquello, de ¡Forastero, salgamos a la calle!; “Magdalena Álvarez: «Dígalo fuera y verá cómo le pongo en los tribunales». Lo más preocupante es lo de los americanos, porque cuando el señor Rodríguez dice algo sobre economía, generalmente, o no es verdad, o es que no da una en el clavo. Por eso, que diga que la española es una economía de postín y sólida, simplemente acoxona.

El tiempo; es un término amplio. Del latín tempus, se pueden encontrar muchas definiciones, tales como, “duración limitada de las cosas. Época en que sucede algo. Momento, ocasión de hacer algo”, También se entiende como “magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro”. A su vez, don Alberto Einstein se cayó del guindo y dijo que, “el espacio y el tiempo están íntimamente interrelacionados”. Todo esto, esta muy bien, pero en ningún sitio parecen haberse acordado de la principal facultad del tiempo; la virtud de que todo lo cura. Es así, cualquier cosa, la más gorda que imaginarse pueda, es desmoronada por el tiempo. Un ejemplo lo estamos ya empezando a ver; El juez deja al ex edil Calleja irse 6 meses a Uruguay para trabajar/La Fiscalía Anticorrupción tampoco se opuso a la petición del imputado. El magistrado está rebajando las fianzas, devolviendo los pasaportes y aliviando las medidas cautelares”. Parece mentira con la que liamos, pero ahora, el tiempo está allanando todos los caminos. A la vuelta de unos pocos meses más, a todos los que tuvieron algo que ver con la pérdida de pasta en Marbella y aledaños, los hacemos santos.

No es mala solución, funciona siempre, aunque hay otra. La de los ministras/os combativas/os también marcha bien, es la de enfollinar el asunto para que al final nadie sepa de qué se está hablando. Un ejemplo estupendo es el Accidente, así con mayúsculas; ya de este en sí mismo, no habla nadie. Toda la tribu opinadora está pendiente de la señora pistolera del Parlamento y esperando a ver “quién saca primero” en vez de mirar al fondo del asunto.

Entre unas cosas y otras, se consigue que las cosas se vayan diluyendo, difuminando, disolviendo, en suma desapareciendo. Nunca nos enteraremos dónde está la pasta marbellí, que pasó con el avión en Madrid, o quién mato a Kennedy (lo de Manolete parece estar claro, fue un toro de derechas).

Por eso, hasta el infalible señor Blanco, se lía, y cuando le preguntan por reuniones inexistentes, contesta y llega incluso a dar una reseña fidedigna de lo que se habló y decidió en la no-reunión. Es que es muy difícil estar al loro, no solo de lo que pasa, también de lo que no pasa, más, cuando se tienen en cuenta la cantidad de cortinas de humo que hay que colgar cada día.

En tono menor, el invento propuesto, aquí en Málaga; ¿El Titanic anclado en Málaga?Nos quieren poner un Titanic de segunda mano. Por más vueltas que le he dado, no consigo encontrar ninguna relación entre el desgraciado barco y esta ciudad, a menos que cuente como mérito local, el que aquí se vendieron periódicos que hablaban del hundimiento cuando pasó. Ya veremos en que queda.

Hasta mañana.

Pepeprado

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