Todos, gobierno, autonosuyas, ayuntamientos, y juntas de comunidades de vecinos anuncian a bombo y platillo austeridad en sus presupuestos. Suena pero que muy bien, pero yo, que soy desconfiado con las grandes ideas y prefiero las “solo ideas”, preferiría que en vez de austeridad nos regalaran seriedad. No es serio que se digan esas cosas y que después te enteres que un ciudadano, de los que viven a costa del contribuyente se ha arreglado el coche de lujo que le ha puesto el contribuyente como si fuera un taj mahal urbano; no es serio que el presidente, don Zarrías, te diga que va a regalar entradas para los cines y conciertos; no es serio que te enteres que algunos alcaldes ganan una pasta gansa por repartir prebendas entre sus amigos y familiares; no es serio… casi nada. Por eso, yo en vez de austeridad, pido seriedad. Si los presupuestos se hicieran de forma seria y rigurosa, si las obras se encargaran con seriedad, si los cargos los ostentaran personas serias, otro gallo nos cantaría y no estaríamos maullándole a la luna del G8, ni echando la culpa de todo al vecino. Mientras los ciudadanos miran la cartilla de ahorro con añoranza y pesadumbre, los políticos andan en sus enjuaguillos de pactos, repactos y postpactos para repartirse los puestos, y a esto juegan todos, desde los líos navarros a los trapicheos axárquicos (o, ¿anárquicos?), todo por el cargo. Dan ganas de decir eso que se decía antes; ¡Qué me olvides, tío!
Una de las cosas que se hacen generalmente para dar pie a crear otra comisión que diga lo contrario, es esta; “Expertos estudian la posible relación del uso del móvil y la formación de tumores” Yo, sin comisión adherida, solo yo, conmigo mismo, he llegado a otras conclusiones. La primera es que el uso del móvil, no es malo; es una buena herramienta que te ayuda a enterarte de cosas. La segunda, que es a lo que creo que se refiere el informado estudio, es que hay una diferencia de lenguaje; no creo que se estén refiriendo al uso, sino al abuso. Dentro del estudio propio que he hecho, así por mís… , he llegado a algunas conclusiones, a saber; no sé si forma tumores, pero sí sé que agilipolla. La tribu ésta, de comunión permanente móvil-oreja, no andan finos de neuronas. Otra conclusión; lleva a magnificar la mala educación. No sé porqué tenemos que aguantar, que cuando estamos hablando con alguien, ante el sonido del aparatejo, ese alguien, decida que tú te has evaporado en la nada y te has hecho transparente. Más conclusiones; ayuda a alterar el orden de prioridades. Para los tecno-ciudadanos es más importante el que llama por el móvil, que esos que algunos llaman, la persona humana, que tienen delante. A veces he pensado en llamar yo por el cacharro al que tengo enfrente para poder hablar con él. Ojo, que no niego la contestación a la llamada, pero eso, la contestación con un educado “En este momento estoy ocupado, ahora te llamo”, no el enhebrado de largas peroratas, a veces absurdas y sobre todo ajenas al resto de los presentes. Hay que ver lo que me acuerdo de aquel librito, que se llamaba algo así como “Las reglas de Urbanidad”. Ese librito sí que habría que regalarlo con los periódicos, a lo mejor dejaba de ¿hacer falta? la asignatura esa de Educación para
En lo local, dos cosillas.
Finalmente otra prueba de modernidad;“Cuatreros en la Axarquía” Estupendo, ya somos como los de Oklahoma. Vamos bien, y los partidos peleando por los cargos.
Hasta mañana.
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