Mamá quiero ser artista

Esto es lo que se decía antes aquí. Ahora, ya no hace falta pedírselo a mamá, ya cualquiera vale, con ser obediente, ya está, hasta le dan premios. La frase ya no es actual, ahora seguramente los nenes dirán, “mamá, yo quiero ser pirata somalí”; “El Gobierno recurre la decisión de dejar libres a los 14 piratas” Antes de empezar mi laborioso fin de semana, ya decía yo, que a estos les había tocado la lotería. Al volver a incorporarme a la civilización mediática, me lo han confirmado. Hay general preocupación para no vulnerar los derechos de estas criaturitas. Mientras nuestras fuerzas pensantes se enzarzan en discusiones sobre si les dan el Goya o los hacen embajadores de algo, ellos están de crucero pagado por el Mº de Defensa. Ya nos habían dicho eso de que nuestras tropas no son guerreras, que son una ONG alternativa, pero… hacerle la competencia a Costa Cruceros y a Pullmantur, me parece que es pasarse. A ver que hacemos con estos y así podemos dedicarnos a meter en cintura al Gobierno Chino, al Israelí, y a todo el que se tercie, que estamos perdiendo un tiempo precioso.

En el asunto interior, ya está la cosa clara, clarísima; “política/Zapatero: Contra la crisis, menos ladrillo y más ordenadores" Una vez puesto en claro, que la culpa de la crisis está repartida entre don Aznar y don Pelayo, vamos a solucionarla. Lo de Aznar tiene su gracia. A mí este señor me cae de regular para abajo (para muy abajo), y creía que ya me lo había quitado de encima, pero con tanto nombrarlo, están trayéndolo y atrayéndolo otra vez a la cancha. Con lo bien que estaba callado, porqué leches no lo han dejado estar… De cualquier manera, queda chulo eso del ordenador por el ladrillo. Estoy frito por ver el primer chalet construido con ordenadores y cemento. Se podría probar en alguna ría gallega que esté protegida y que necesite alguna Villa de gente importante. Bueno, ya me avisaran, yo sigo mirando los brotes verdes de doña Teresa (hasta ahora no los he encontrado, pero no desespero) y la andanzas primeras de don Pachi, la Gran Esperanza Blanca Nacional.

Me vuelvo a Aquí. En Córdoba están muy contentos con la fidelidad de su doña Rosa. Les ha emocionado especialmente la espectacular velocidad de respuesta de la dama, hasta ese momento mesurada y reflexiva, ante la llamada/ofrecimiento de puesto importante en el Cortijo principal. Creen que su aspiración está cargada de anhelos neochaviztas. Está en su derecho a desear ser la Cortijera Mayor, pero se tenía que haber templado un mínimo, por ejemplo haber tardado diez minutos en decir que sí, para guardar las formas. Allá ella, y allá nosotros, que hemos perdido otro referente de seriedad. Ya no nos quedan muchos, casi ninguno.

Hay un estudio por ahí, interesante; “La heroína vuelve. La droga que durante su 'época dorada' -la década de los ochenta y primeros noventa- se llevó por delante la vida de 25.000 españoles por sobredosis, experimenta un repunte en su consumo tras varios años arrinconada.” No importa, hemos conseguido arrinconar a los del Ducados. Eso era lo importante, que la gente se mate con los polvos raros, da incluso prestigio y nota de modernidad.

Por el más Aquí, ya nos hemos pasado de igualdad. Un señor marroquí, de los que en su pueblo no decía ni pío, porque el rey correspondiente se lo mollaba a la primera queja, aquí se ha puesto reivindicativo porque el cuartel de la Benemérita de Almogía no hace jornada de 24 horas, siete días a la semana; “A pedradas con el cuartelillo de Almogía”. Es una muestra de avance social. Antes, casi nadie quería ir al cartelillo ni para dar la hora, por si acaso… Ahora, hasta el musulmán irredento, de civilizada alianza y neo español de corazón, se alteró porque no le tenían abierta la oficina, para lo que él hubiere menester… un domingo a las 1930 de la tarde. Habrá que re estudiar lo de los índices de productividad de la telemérica.

Bueno, dejémoslo estar. Mi fin de semana, estupendo. El viernes, un bis social, con mañana y noche de farra en agradable compañía, antes de irme a Córdoba, que es un sitio al que siempre se debe ir. Y a la vuelta. domingo tarde tranquilo recuperando fuerzas… Todo normal. Intenso, pero normal.

Hasta mañana.

Pepeprado