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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Más estado de decepción

La alarma está próxima a la excepción, pero esta, en este caso está pasando rápidamente a la decepción. Nadie parece tener idea de cómo controlar a los controladores. El gobierno dice que más de lo mismo; “El Gobierno justifica por la Navidad la prórroga del estado de alarma”, es decir, que cómo no parece saber como salir del atolladero en que está, se sigue militarizando y punto. Veremos lo que pasa cuando hable algún tribunal independiente (si lo hay)), porque las noticias sobre la legalidad de la medida son controvertidas y bastante variables.
El lío es tan gordo, que hasta se les ha escapado una verdad; “Blanco admite el «fracaso político» de todos ante los controladores y pide unidad”. Cómo Franco; unidad de destino en lo imperial. Que yo recuerde esta es la primera vez que el ínclito señor Blanco se hace una leve envainada. Si hubieran admitido más cosas desde el principio a lo mejor la cosa no estaba tan xodida. Por cierto, un detalle que me llamó la atención estos días, fue la carga de responsabilidad a doña Maleni que fue acusada de ser la que formó las “mejoras a go gó” para los controladores. Y lo que de verdad, ha llamado poderosamente mi atención, es que esto en ningún momento esto ha sido rebatido, o sea que… el que calla otorga.
El antiguamente Líder Carismático y actualmente Eremita Pensionado, tiene otro amargo trago que pasar por su nuez, esa última sesión de control del año, donde el lucimiento es nulo; Zapatero evita responder en el Congreso: '¿Habrá más recortes sociales?'” Hay cosas que el prócer prefiere no contestar, porque le son desagradables, le dan un cierto asco y también, porque la gente está empezando a tirar de hemerotecas y videotecas y la cosa es complicada.
En Málaga, hay noticias sobre el cartel de enfrente de mi casa. Se va a levantar, y ya se está hablando, no de lo que hay o no hay en este, sino de lo que hay detrás; “Inditex pone sus ojos en el edificio del 'lonanazo' en la plaza de la Constitución” Este sí que es un grupo industrial con dos pares de… narices. En estos tiempos sigue subiendo en facturación, sus currantes muestran estar más contentos que unas pascuas y su jefe nunca sale en la tele ni se presenta a ningún cargo. Quizás esa sea la razón de su éxito, que se dedica sólo a pensar en sus empresas y a trabajar, no cómo otros que aspiran a ser ministros/as o consejeros/as sin haber pegado un palo al agua.
Lo dejo, he tenido que pasar por la taquilla de BMW, para darle cariño a nuestro único signo externo, ya de otros tiempos. Poca cosa, un elevalunas lento y un par de bombillas fundidas, pero lo que han fundido de verdad ha sido mi tarjeta. Yo me he quedado afectado de pasmo y estoy convaleciente. Mejor sigo otro día.
Hasta mañana.
Pepeprado

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