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viernes, 20 de julio de 2012

El Cid


No, no voy a hablar de toros o del torero así llamado, tampoco de la situación actual ya que de esta estamos bombardeados de noticias.
Como viernes, previo a otro finde, me voy a parar en un sucedido personal.
Anoche tuve el placer de ir a la terraza del Málaga Palacio para oír a Isabel Fayos. La intérprete se entregó y acudiendo a uno de sus títulos, estuvo fabricando estrellas durante un buen rato para que las disfrutáramos los presentes. Con su guitarra, su voz y sólo un somero pero acertado acompañamiento de dos personas, encantó a la noche y a muchos de los presentes.
Y ahí es donde aparece el Cid, nuestro Cid Campeador; la actitud de una parte de la concurrencia hizo que vinieran a mi mente esos versos del cantar, “Dios que buen vasallo si obiese un buen señor”, en este caso sería, “Dios, que buena intérprete si tuviese un buen público”.
Afortunadamente una mayoría importante estuvo (estuvimos) pendientes de aquello que el acto merecía y  a lo que habíamos ido a ver y a oír; a Isabel cantando. Pero otra parte del público, estuvo todo el rato de la actuación hablando y a su rollo, rollo por cierto bastante cutre y de paupérrimo estilo y categoría.
Quede claro, no estoy  hablando de hacer un comentario a tu pareja o al amigo más cercano, sino de estar continuamente cascando, incluso dando las espaldas a la artista. Es algo que no comprendo, especialmente si se ha ido de forma voluntaria y no a punta de bayoneta. Por cierto, distingo claramente entre ir a un restaurante a comer y cenar y que al fondo te coloquen a alguien interpretando una música de relleno, cuando tu objetivo ha sido ir a cenar y a hablar con tus coparticipes, de ir a un espectáculo donde el objetivo es ese, el espectáculo en si mismo.
Claro que quizás la razón sea esa, qué para algunos, presuntamente progres y guays de la muerte, su objetivo sea otro, sea el mostrarse ante su grey como alguien entendido y que se maneja en estas situaciones con soltura, cuando en realidad rozan el patetismo y el ridículo más espantoso.
La tribu de criaturas que a lo que estaban era a lucirse ellos y ellas en vez de estar a lo que había que estar, es una constante que últimamente estoy encontrando en muchos espectáculos, lo que me hace pensar que ya están llegando a estos actos, los resultados de la LOGSE y hace que vea un futuro cultural bastante triste.
Lo dejo, reitero que lo mejor de la noche fue la artista y el hotel, que preparó el mejor de los ambientes para la actuación prevista, lo peor, alguno de los asistentes y eso es preocupante.

Hasta mañana.

Pepeprado

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