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sábado, 17 de noviembre de 2012

Las trampas del lenguaje

La pretendida “huelga general de seguimiento total” me ha hecho recapacitar sobre las trampas del lenguaje. Aclaro, no quise escribir estas reflexiones “en caliente”, no por parecerme a esos comprensivos gobernantes que esquivan todos los problemas posponiéndolos con esta excusa, sino porque quería pensarlo más detenidamente.
Ya han pasado un par días, en ellos he podido constatar las tretas y trampas que se utilizan, las más de las veces como armas contra los contrincantes, bien sean contrincantes declarados, o definidos por el que manda al que escribe en ese momento.
Las crónicas sobre la huelga son ya un clásico, cuando hablan de cientos de manifestantes los unos, y de millones los otros.
También es una trampa, eso de contar como "seguimiento" a todos los que la han hecho a punta de piquete y tras amenazas de integridad física o de persecución institucional, porque, no nos engañemos, aquí al que no sigue las directrices, le pueden caer muchicientas inspecciones oficiales sobre sí mismo, o sobre sus actividades.
Pero la mayor trampa de todas, es esa de llamar piquetes “informativos” a esa panda de buscalíos que salen a las calles cargados de consignas y mala leche para amedrentar a todo el que se ponga por delante. A estas alturas de la película, qué, para una huelga que lleva programada varios meses, que está publicitada ampliamente por todos los media y que está jaleada hasta por partidos políticos que deberían ser responsables de la marcha del país y que solo buscan su propio provecho, tenga que recurrir a “informar” a los ciudadanos en el mismísimo día de autos, es cómo mínimo, una de las mayores muestras de hipocresía política y ante todo, moral.
Decir esto en, eso que se nos llena la boca llamándola, sociedad de la información, es una bofetada a la inteligencia del ciudadano, que puede que no sea mucha, pero alguna hay… decir eso de “piquetes informativos” es, cómo mínimo, una falacia, cuando no una desvergüenza.
Las hay siempre. Las mentiras, que a veces vienen disfrazadas de titulares inducidos son diarias. Ayer mismo, para la misma noticia, esa del banco malo, un periódico decía que los responsables “cobrarán hasta 500.000 euros”, mientras que otro medio, de distinto signo, daba la misma noticia de esta manera; “cobraran 500.000 euros como máximo”. Es decir, uno presupone lo peor, y el otro presupone que se van a fijar los sueldos al mínimo. Ninguno se para a decir qué, dar por parte del Estado a alguien un sueldo de ese calibre, es pura y simplemente una inmoralidad, especialmente cuando es un salario para gestionar fracasos. Mientras, los currantes a comprar esos periódicos y a creérselos, pero con sueldos basura e hipotecas de escándalo.
En esa hipocresía informativa, la señora Chacón, que disfruta de maravillosas rentas y es colega de ex ministros bien situados, critica a otros y dice que “A CiU no le importan las fronteras cuando se trata de desfalcos. No, señora, no. El “no importa”, es “a todos” cuando se trata de ganar pasta, sea desfalcando directamente, caso de los de CiU o “colocándose” en puestos a medida, si no, acuérdese de las doñas Bibianas, las doña Madgdalenas, etc.… La verdad hay que decirla siempre, aunque haya que pararse a pensar en ello.
Hasta mañana.
Pepeprado

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