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viernes, 24 de octubre de 2014

Asuntos de viernes

Ayer una compañera me envió un nuevo “palabro”, de esos que me encantan; el veroño. Aunque suene a barbaridad, sólo define a esta nueva estación que estamos viviendo, un otoño con pinta de verano. No sólo verano, verano caluroso de narices, ayer, hasta con su miajita de terral. Nos tiene contentos.

Cómo es viernes, los periódicos se preparan para el finde y salen  pocas cosas que se puedan llamar novedosas.
En el asunto ébola, por un lado nos enteramos que también en Nueva York hay un caso, el de un médico cooperante. En nuestra tierra, sólo que doña Teresa, está tan bien, que ya piensa en empapelar a todo el que se le ponga por delante.
Los asuntos pujolines siguen su marcha, cómo es natural, el Olegario ya está en la calle, aunque antes ha aportado una novedad; el botón mágico.
Por lo visto, eso que nos aterra a todos, que se nos borre todo lo que tenemos en el ordenata, fotos, recortes de periódicos, chorradas y factores telemáticas, este personaje lo tenía previsto como panacea. En realidad, esto es, en sí mismo, una declaración de culpabilidad, porque cualquier persona honrada no creo que tenga inconveniente en que la policía hurgue en su ordenador. En mi caso, a lo mejor me encontraban archivos que no tengo narices de encontrar, aunque sé que los guardé. En fin, que los honrados debemos alejarnos de botones mágicos.
Ha salido un juez, el señor Gómez Bermúdez, que ha dicho lo siguiente; “Hoy día cualquiera puede cometer un delito por blanqueo”. Vale, pero para eso es indispensable tener algo que blanquear. En Valencia, las de su Generalitat, en vez de blanquear, directamente se lo comen, con mariscadas y solomillos a la carta, pedidos para comer en casa, a resguardo de miradas indiscretas. Bueno, cuando lo dice el señor juez, es que está dando carta de naturaleza a lo que todos sabemos; que el Código Penal está estudiado sólo para tontos honrados que se equivocan una vez en algo.
Por supuesto, Blesa no ha puesto ni un  duro sobre la mesa, normal. Aunque se sabe que en los últimos meses ha estado vendiendo posesiones y haciendo desaparecer la pasta.
Pero la cosa judicial es tan curiosa cómo que nos enteremos que a los que tienen que entrar al, trullo por llevarse la pasta, les dan a elegir cárcel a su gusto, (el hermano de la esposa legal del alcalde ilegal, ya ha entrado en una a su elección), o que la flamenca ha decidido dar sólo el 9% de su multa y piensa pagarla en cómodos plazos. Vamos, algo así como pagar la lavadora o el frigorífico. De locos. De verdad, somos diferentes.
De Málaga, nada. Sólo la guerra por hacerse una organización a medida  de empresarios de hostelería. Cada cual quiere tener una, algo así como la fiebre por las muñecas de Famosa.
Con esto, lo dejo. Es viernes, me voy a ver a mis nietas, así serán ellas mi foco de atención, es más sano.
Hasta mañana
Pepeprado           

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