Sigue el calor. ¿Qué
se le va a hacer?, hay que seguir.
En el túnel de la Mancha, murió un inmigrante en una avalancha
para cruzarlo por las bravas. Una pena, o más bien, otra pena más, pero ahora
los güenistas, no podrán poner a parir a la Guardia Civil.
Hablemos de uno de los misterios de estos tiempos; del
economista señor Gay de Liébana. Este señor, que se ha convertido en personaje,
solo hace aportaciones a la actualidad que son puras obviedades y dando recetas
de andar por casa, pero qué, no se sabe porqué, se ha convertido en una especie
de gurú del momento. Lo último que ha dicho es que habría que hacer un ERE de políticos,
y eso, me parece que lo hemos pensado todos hace décadas sin que nadie eche las
campanas al vuelo. Si alguien encuentra algo novedoso en las chorradas de este señor,
por favor que me lo explique, puedo estar equivocado y quiero ver la luz.
Lo que si habría que arreglar, mande quien mande, es el
Código Venial. Por ejemplo, saber que la madre que tiró a su bebé a la basura,
ya regaló otro niño hace unos años, a unos desconocidos… y me parece que el castigo,
va a ser dejarla sin postre un mes. Este tipo de ¿personas?, deben estar
retiradas de la circulación de por vida. Por una cuestión de higiene pública.
En cambio, se pierde el tiempo investigando si doña Barberá
dejó quietos “símbolos franquistas”, como si esto fuera lo más importante del
mundo mundial. También se pierde el tiempo, aunque esta vez de forma más
directamente interesada, en dar vos al “primer sancionado por la 'Ley Mordaza'”.
Esto es para darle la razón al Maúro. No se paran a recapacitar, que si pueden
decir lo que les de la gana, e incluso protestar en los periódicos, es porque
están amparados por esa malvada la ley actual.
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