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jueves, 15 de octubre de 2015

El Egómetro

Este asunto se merece echarle un vistazo. España, tradicionalmente ha sido lugar donde la mayoría de la gente prefería pasar lo más desapercibida posible, generalmente por simple comodidad. Había excepciones, claro, pero eran eso, excepciones. Se daban en artistas y gente de vida muy pública, pero incluso ahí, eran excepciones. Era fácil encontrar por la calle a gente conocida, circulando normalmente y sin agobios.
Ahora no, ahora a gran cantidad de gente le gusta eso de salir en los papeles, y llevar a rastras a una serie de ¿reporteros? y fotógrafos haciéndoles preguntas chorra.
Quizás por mimetismo, ese afán de publicidad se ha trasladado a todos los ámbitos, y, también quizás, por ello, los egos se han disparado y disparatado.
Dejemos a los presuntos artistas, populares por encame, y periodistas reciclados aparte. Esos, son irrelevantes por mucho que algunas cadenas de tv intenten colocarlos como augures de los futuros patrios.
El problema es que ya esto ha pasado a los políticos que son los que juegan con nuestras vidas y haciendas. Son todos, de todos los partidos y todas las creencias, incluso de los que  no tienen más creencia que su providencial destino.
Lo vamos a corroborar ahora qué, según he oído, don Obama se ha colado en una boda y se ha hecho fotos con todos, contrayentes y testigos. Por esa mímesis de la que hablaba, las criaturas que se vayan a casar en España antes de las elecciones, corren el peligro que se les cuele algún líder carismático en el convite.
Por eso, se nos va a hacer necesario un “egómetro”, para medir la satisfacción que la contemplación de sus insignes ombligos les da a estos personajes.
Don Mariano besa niños, ancianos y militares sin graduación con total desparpajo, él, que ha sido esfíngeo hasta hace dos días.
Don Pedro ha llevado su ego a las alturas de los Kim Il y etcétera, coreanos. Comienza su campaña con culto descarado a la propia personalidad, fotos a tamaño gigantesco en fachadas y posters y aclamaciones de pago.
De los emergentes, don Pablo, trabaja las teles y “vende” su imagen de niño malo reciclado que ha olvidado a sus benefactores americanos y sus chandals de diseño.
Don Alberto más de lo mismo. Él hace su partido a golpe de imagen, cosa que no es de extrañar ya que empezó su andadura con un poster en pelotas.
Los de Izquierda Unida (¿o Hundida?) andan perdidos, porque su presunto líder, el señor Garzón todavía no sabe en qué foto quiere salir, si en la suya propia o a los pies de don Pablo mirándolo con arrobo.
¿Y qué decir de los iluminados líderes de autonomía? Doña Susana no deja que nadie se mueva, sólo sale ella en las fotos y al que rechiste, lo manda a contar flamencos a Doñana a ver si falta alguno este año.
No voy a pasar revista a todos, pero es impensable no mirar hacia el mesías de las variopintas Cataluñas. Allí, siguiendo el ejemplo de su mentor y familia, los pujolines, este envuelve su ego de salvador, en la bandera y sigue dándonos la lata día a día. Ahora mismo está inflado de ego al salir del TSJC arropados por sus súbditos.
Montemos pues ese egómetro y que Dios nos pille confesados ante tanto esclarecido conducator.
Del día de hoy, nada; que en Andalucía un juez ve indicios de que UGT enchufó a su gente en los EREs, y poco más.
Lo maravilloso es esta noticia local; “Málaga analizará el ADN de los perros para multar a los dueños que no recojan los excrementos”. Hasta mañana

Pepeprado

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